sábado, 23 de febrero de 2013

Reflexiones sobre la educación y la construcción de quienes somos


Este texto no hace sino suscitar sentimientos de reflexión sobre como he vivido mi vida de aprendizaje. Quiero aclarar que en el siguiente ejemplo no existen, para mi, rencor alguno. Por ejemplo en mi casa somos tres hermanos, en el colegio me toco compartir mucho con mi hermano Ernesto que siempre a sido un hombre supremamente inteligente y habilidoso en diferentes materias pero especialmente en matemáticas, física y química. Con esto no quiero decir que no fuera excelente en las otras, yo por mi parte siempre fui un poco más del montón, no me destacaba por sacar las mejores notas o ser la mejor en nada, me destacaba por aquellas materias que no tenían gran importancia para muchos (artes, deportes, informática etc), viví el colegio más despreocupada, no se me veía estresada cosa que me diferenció de mi hermano a los ojos de los que nos rodeaban;  cada año que pasaba y me encontraba con los profesores que le habían enseñado a mi hermano todos me hacían saber, sin antes conocerme, lo mucho que deseaban que yo fuera tan bueno como el. Lo cual me hacia vivir en una constante comparación con lo que el había logrado y lo que yo no. 

Creo que al menos de lo que conozco, mi colegio es el paisaje literal de lo que nos describe el texto, tal vez todos los colegios sean así. Pero desde chiquita no se porque aprendí que no siempre se tiene que ser el mejor en todo. Me alegraba de aprender lo que se me enseñaba y no prestaba mucha atención a mis notas de exámenes (mi preocupación era más por pasar la materia que por ver reflejado si "de verdad aprendí o no")  porque, como mencionaba en la primera entrada de este blog, estoy consciente que mi memoria no es mi mayor cualidad. "Y dado que todo lo que se memoriza finalmente se olvida, más vale enseñar procedimientos y maneras de razonar que respuestas que puedan ser copiadas".

Ahora recuerdo algo que me dijo una vez mi profesora de Español del último día en el colegio: "a un hombre no se le recuerda fundamentalmente por si era muy inteligente, o muy bueno en matemáticas, a un hombre se le recuerda por si fue una buena persona. Por eso llénense de conocimiento, aprendan, pero nunca dejen de aprender como ser buenos seres humanos."

La acumulación de conocimiento no es sinónimo de sabiduría. Por eso nos debemos exigir en crear una reflexión sobre lo que creemos saber. Nos falta entender dentro de las destrezas educativas que no somos seres individuales, somos sociedad, somos colectivos y el apoyo en los otros debe ser desarrollado no penalizado.

1 comentario:

  1. Te entiendo perfectamente porque yo tambien tengo 2 hermanos y yo soy la menor. La comparación es bastante jarta pero hay que aprender a manejarla. Y esto se hace haciendo su propio camino, totalmente independiente del de tu hermano.

    Y es completamente cierto lo que dice tu profesora, una persona no es por lo que sabe si no por lo que logra hacer con eso. Y es así como se forma una buena persona. Por eso creo que las habilidades que tu dices tener no deben ser menospreciadas simplemente porque culturalmente no se le suelen dar tanta importancia en este pais como a las matematicas o las ciencias. Ya depende de ti hacerlas valer realmente.

    Lo de la critica del individualismo en la educación la hablamos hace poco en una de las reuniones de monitoría que tenemos y discutimos el caso de Los Andes. Una de las grandes críticas de nuestra universidad es que, a causa de su exigencia académica y su extrema competencia, los estudiantes pierden valores como la cooperación y asumen otros como el fraude con tal de ganarle al otro. Te voy a mandar una carta que hizo una estudiante de la facultad explicando esto, es muy corta y creo que lo puede explicar mejor que yo.

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